Las diferentes normativas deberían actualizarse conforme a los avances de la técnica, y no dejar atrás lo que ésta pone a nuestra disposición para mejorar, como es en el caso de la detección de Legionella en las torres de refrigeración.
Ahora que todos tenemos tan presentes los test rápidos de COVID, ¿quién imaginaría tener que esperar dos semanas para tener un resultado? Si es negativo para tener la tranquilidad, y si es positivo para poder actuar con celeridad y poner las medidas necesarias para evitar su propagación.
Esta misma comparación aplica a los nuevos sistemas de detección rápida de Legionella en las torres de refrigeración; un magnífico avance cuya inmediatez nos puede alertar de la presencia de esta bacteria y evitar su propagación tomando las medidas pertinentes inmediatamente. Por el contrario, anclarnos en el método de cultivo para cuyos resultados hay que esperar 15 días, parece absurdo si tenemos en cuenta que durante todo ese tiempo las bacterias pueden continuar proliferando.
Los métodos de detección rápida de legionella fueron valorados detenidamente por los expertos que elaboraron la norma UNE 100030, siendo aprobados definitivamente como métodos no sólo válidos, sino probablemente los más precisos y fiables, lo cual fue acogido como un gran paso para la profilaxis por todo el sector. Sin embargo el nuevo borrador de R.D. no contempla, sorprendentemente, estos métodos como válidos para su uso en condiciones rutinarias y los deja relegados a condiciones excepcionales de brotes u otras necesidades especiales.
Del mismo modo la actualización del Real Decreto en lo que se refiere a los niveles de UFC/l que se toman en cuenta, y en base a los cuales se recomiendan las distintas acciones a llevar a cabo en las torres de refrigeración deberían ser coherentes con la norma UNE 100030. Si los últimos estudios realizados durante meses por los técnicos en la materia, dieron demostradamente como conclusión unos mínimos, no parece adecuado aplicar otros mínimos en un ámbito legislativo diferente. No solamente porque lleva a confusión, y porque los distintos actores podrían acogerse en cada caso a la regla que más les convenga, sino porque es evidentemente un claro retroceso, nada armonizado ni con el resto de países ni con la propia normativa nacional de prevención y control.
En EWK creemos que el futuro de la gestión de la Legionella está no solamente en la detección rápida, sino también en la automatización de toma de muestras y en la comunicación online en tiempo real de los resultados, los cuales alertarán de posibles niveles altos de concentración de UFC/l y podrán poner en marcha todos los mecanismos de prevención.